sábado, 14 de febrero de 2009


La envidia es un bichito que suele picar seguido a las personas. Y las lleva a desear lo que no tienen y compararse con los demás. La envidia genera un malestar emosional, que en vez de ayudarle a conseguir lo que envidia se lo dificulta. La envidia no permite que tengamos empatía por alguien, y esto es malo ya que la mayoría de las veces la envidia se despierta por alguien cercano y esto hace que las relaciones se dificulten. Sabemos que la envidia es muy materislista y superficial pues pocas veces se envidia la bondad de otra persona o su honradez por ejemplo; siempre la envidia se basa en querer tener algo material que el otro posee: poder, nivel social, dinero, fama; o sino cosas superficieles como por ejemplo la belleza. La envidia nos hace sentir deseos de que al otro le vaya peor, por lo tanto quizá no envidiamos lo que tiene sino la felicidad que con ello consigue. La envidia es madre del resentimiento y hermana de los celos, y la madre de la envidia es la comparación. Si entendieramos que cada ser es único e incomparable, entronces remedio para la envidia porque de esa manera no vas a querer ser como otro porque entendes que como vos no hay nadie. ¿Por qué necesitar que al otro le vaya peor? Claro si al otro le va peor que a mi se va a disimular lo mal que a mi me va, y esto hará que nos sintamos mejor. ¿Tanto condiciona nuestra vida lo que vean de nosotros los demás? La envidia obviamente nos hace mal, nadie me puede decir que se siente bien envidiar a alguien, porque cada vez que envidiamos eso hace que nos sintamos inferior a el otro en algún punto y eso nos lleva a criticarlo o desear que deje de ser feliz. La envidia es esgoísta, porque como ya dije antes siempre se suele envidiar al ser cercano y querido. Pero entonces, si es un ser cercano y querido ¿por qué le deseamos la infelicidad? Por eso digo que la envidia es egoísta porque a pesar de que sea un amigo, por ejemplo, y que por lógica debemos querer que sea feliz con la envidia no hacemos otra que desear que le vaya mal. Como ya sabemos la envidia no es sana para nosotros ni para nuestro entorno, y su origen es la comparación con el otro. Si entendemos que somos únicos y que nadie es mejor que nosotros por más que tenga cosas que nosotros no, entonces repimimos la envidia y asi vivimos mucho mejor sin ningún tipo de complejo de inferioridad.

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